lunes, 26 de julio de 2010

Y ponerse a caminar...


Un año más, aquí estoy intentando sacar unas cuantas líneas de lo que han sido estos días para mi, y un año más recuerdo que es imposible encontrar palabras para ello. Pero aunque hace ya tiempo entendí que no va a haber año que lo consiga, no he dejado de intentarlo.
Creo que al menos dedicar mi tiempo a ello me hace recordar que de verdad es real y no ha sido tan sólo un sueño. Aunque si así hubiese sido, creedme que habría sido el sueño más bonito del mundo.

Desde el primer día que llegue allí, supe que era exactamente donde tenía que estar, que no habría ningún otro lugar en el que sentirme así. Una vez más podía sentir su magia y no tardé más que unas milésimas de segundo en impregnarme de ella.

Este año lo necesitaba más que de costumbre, había habido demasiados cambios en mi vida y necesitaba encerrarme en esa burbuja, al menos por un tiempo. No me costó ni siquiera un poquito, olvidarme de todas y cada una de las razones por las que había necesitado ir allí, estaba en el lugar que quería y lo demás me sobraba.

Realmente es cierto que allí los sueños tienen libertad, es tan fácil crear un sueño como cumplirlo, siempre vas a tener mil manos que te ayuden a hacerlo.
Y yo, por suerte, volví a tener las manos suficientes para poder seguir en todo momento.

Durante el camino sentí el apoyo que necesitaba más que nunca. Sobraba con que alguien viniese y te agarrase, con que alguien te acompañase en el camino, valía con una simple mirada… Porque realmente no necesitábamos hablar para decirnos ‘estoy aquí’ o ‘tú puedes, no te rindas’.
Y es que es esa la magia de Silos, es no necesitar usar las palabras, es saber que no estás sólo, que incluso el mayor desconocido puede tirar de ti, que en ese momento dejan de importar las diferencias, es saber que durante 20 días no importa nada más que nosotros, que somos grandes, somos fuertes… Que tan sólo hay que ponerse a caminar…

A mi hoy solo me queda dar las gracias. Gracias por conseguir que recuerde que sigue mereciendo la pena estar locas, gracias por hacerme ver que mis límites están más allá de donde yo los pongo, gracias por ayudarme a no caer, por hacerme seguir adelante. Pero sobre todo gracias por dejarme ser quien soy y en mis debilidades, hacerme fuerte.

Que este es uno de esos círculos que no sé, ni quiero cerrar… Y vosotros lo entendéis.

En primer lugar nombrar a ese gran grupo 35 que me hizo entender que realmente podía estar ahí. En segundo lugar, cabe decir que no hubiese sido lo mismo si no hubieseis estado vosotras, Jenny y Fanny. También nombrar a Álvaro, Noemí, y Ana… y por supuesto a ese personajillo que consiguió que por pequeños momentos dejase mi bordería a un lado, gracias Sergio. Seguir por ese otro gran grupo como ha sido ‘la comunidad 2’, Juan Carlos, Joseto, Aura, Álvaro, Inma, Susana, Nacho, junto a los cuales he sido capaz de dar un trocito más de mí. Dar las gracias también a Yoli, Aitana, Carmen y Marta por acogernos de esa manera. También a Bony, que a pesar del poco tiempo compartido, hemos sabido estar. A Natalya, simplemente por ser tan increíble. A Laura, que he conseguido conocerla un poquito más y llegaré incluso a echarla de menos. Y a Andrea, que sin duda alguna, ha sido un gran descubrimiento y me ha ayudado a sacar fuerzas en muchos momentos. Por supuesto, a ti Marina, porque eres tú, y no necesito más que saber que estás. A mi Goordita, porque creo que eres la única que consigue entenderme en cada momento y porque sin ti, la mitad de mi silos perdería su sentido. A Clara, por caminar conmigo y recordarme por qué está en mi vida. Y por supuesto a ALBA, porque sin duda alguna, mi silos, una vez más, volviste a ser tú. Gracias por seguir caminando a mi lado y por llegar conmigo, porque ya sabes qué es lo más gratificante…

Gracias a todos y cada uno de vosotros por regalarme un camino tan increíble y por hacerme ser quien soy.